Hábitos nocivos que pueden arruinar tu cerebro

El estilo de vida influye directamente en nuestro cerebro. ¿Alguna vez te has parado a pensar en por qué estás tan cansado, te olvidas de las cosas, tienes dificultad para concentrarte o tienes muchos dolores de cabeza? 

Es hora de saber por qué ocurre esto. Son varios los factores que pueden afectar a tu salud mental, que pueden ir desde los tipos de alimentos que consumes hasta ciertos hábitos diarios.

Todo lo que hacemos tiene su influencia en el organismo, ya sea a corto o largo plazo. Es importante estar atento a ciertos hábitos que impiden el correcto funcionamiento del cerebro y dañen su estructura.

Varios estudios científicos revelan que la manera en la que llevamos nuestra vida puede dañar nuestras células cerebrales a largo plazo.


¿Ya has oído hablar de esa historia que dice que el desayuno es la comida más importante del día? No es casualidad. Durante las primeras horas del día, el cerebro necesita de nutrientes para continuar coordinando los procesos fisioógicos tras el largo adormecer al que fue sometido.

➢No desayunar: Cuando no comes al inicio del día, el cerebro usará las reservas y tendrá que hacer un esfuerzo excesivo para mantener su funcionamiento. Perderás concentración y memoria, tendrás mal humor y bajará tu rendimiento físico e intelectual.

Sedentarismo: La falta de ejercicio puede comprometer el normal funcionamiento de tu cerebro a medio y largo plazo. La actividad física facilita el aprendizaje, mejora el humor y previene el déficit de memoria y raciocínio, relacionados con el avance de la edad.

Tomar mucho café: Inhibe la actividad de un neurotransmisor que funciona como uno de los tranquilizantes naturales del cerebro, causando insomnio.

Fumar: La nicotina del cigarro causa estragos en tu cerebro, restando flujo de sangre, glucosa y oxígeno.

Privación de sueño: Privarse de sueño acelera la muerte de las células cerebrales a corto plazo y nos mantiene cansados y de mal humor durante todo el día.

Exceso de bebida: La vida social beneficia al cerebro, pero muchas 'happy hours' pueden traer un efecto negativo. Hay una relación directa entre el consumo constante de bebidas alcohólicas y el déficit cognitivo precoz.


Evita el alcohol: El alcóhol interfiere en las reacciones químicas que ocurren en el cerebro. Además, el alcoholismo provoca la muerte de neuronas y reduce la velocidad de transmisión de impulsos nerviosos entre ellos.

Consumo elevado de comida rapida: Rica en grasas, la comida basura puede cambiar los químicos presentes en el cerebro, provocando síntomas asociados a la depresión y a la ansiedad, según un estudio de la Universidad de Montreal.

Atún en lata: Cuando lo consumimos en demasía, puede aumentar nuestros niveles de mercurio en el cuerpo, actuando negativamente en nuestra salud mental.

Estar horas sentado frente al ordenador: Arruina nuestra salud mental, consiguiendo comprometer el correcto funcionamiento del cerebro a medio y largo plazo.

Forzar el cerebro durante una enfermedad: Trabajar o estudiar mucho estando enfermo es malo, ya que tu energía debe estar destinada a curarte. Forzar el cerebro en ese período puede reducir tu eficacia, además de debilitar aún más tu sistema inmunológico.

Agresividad y estrés: El estrés causa una reducción en la capacidad mental, además de aumentar el reiesgo de sufrir derrames cerebrales e infartos.

Refrescos: La ingesta diaria de esta bebida puede llevarte a la declive cognitivo acelerado, trastornos neurológicos y pérdidas de memoria.

Refrescos light son peores: Las versiones light son aún peores, pues añaden azúcares artificiales. Estos edulcorantes pueden causar estragos en el cerebro e interferir en la capacidad cognitiva.

Sal y comidas saladas: El consumo excesivo de sal refinada y alimentos salados puede llevar, en algunos casos, a la pérdida de memoria y dificultad en realizar tareas mentales comunes.

Palomitas en microondas: Un estudio de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) sugirió que el aromatizante que da su sabor artificial de mantequilla a las palomitas de microondas puede aumentar el riesgo de Alzheimer. El compuesto diacetil estimula la acumulación de proteínas beta-amiloides, que ayudan a desarrollar la enfermedad.

Alimentos procesados: Este tipo de comidas, como el chorizo, salami y salchichas, deben ser evitadas. Las proteínas de las carnes naturales ayudan al correcto funcionamiento del sistema nervioso, pero las procesadas actúan de la forma contraria.

Mucha carne roja: El consumo excesivo de carne roja puede desencadenar Alzheimer, según un estudio de la Universidad de Caliornia, en Estados Unidos. Los resultados sugieren que la acumulación de hierro, abundante en la carne roja, puede causar daños oxidantes en el cerebro, aumentando el riesgo de padecer enfermedades.

Consumo elevado de azúcares: El predominio de azúcares refinados, harinas blancas, alimentos fritos y embutidos en nuestra dieta causa mala nutrición e interfiere en el desarrollo neurológico.


Cubrir la cabeza mientras duermes: Dormir con la cabeza cubierta dificulta la circulación del aire, aumentando la concentración de gas carbónico y reduciendo el oxígeno.

Polución: El cerebro necesita oxígeno. Las sustancias tóxicas pueden interferir con el intercambio de gases, el transporte de los mismos y el proceso de la incorporación del oxígeno a las células, reduciendo la eficiencia cerebral y causando dolores de cabeza.
Comer demasiado: Consumir alimentos que nuestro cuerpo no necesita provoca la acumulación de sustancias extras en forma de grasa, además del endurecimiento de las arterias cerebrales.

Falta de estímulos y ejercicios mentales: Pensar, tener conversaciones inteligentes, leer un libro e incluso jugar a las palabras cruzadas estimula nuestra mente. Aumenta nuestra capacidad de aprender y nuestra memoria, así como la velocidad de reacción frente a los estímulos.

Las frutas y las verduras son esenciales 
Come con frecuencia estos alimentos para estimular tu actividad cerebral.

¡COME PESCADO!

¿Quieres un cerebro a pleno rendimiento? Consume pescado rico en omega 3, una grasa que favorece la comunicación entre las neuronas.