Explosiones de petardos puede producir sordera y tinnitus permanente

A la gente le encanta jugar con fuegos artificiales en las fiestas decembrinas, pero aparte de la ilegalidad de algunos y su peligrosidad, pueden provocar pérdida de audición temporal, permanente o tinnitus.

Cualquier artefacto explosivo tiene el potencial de causar daño físico y eso incluye la audición. De hecho, se estima que el ruido que emite un cherry bomb lanzado cerca de una persona es tan fuerte como el que se percibe cuando despega un avión, según Eugenio Gómez, director clínico audiólogo de Precision Hearing & Balance Center, compañía que recientemente emitió un comunicado de prensa alertando sobre la peligrosidad de exponerse a ruidos excesivos y los daños a largo plazo.


Lo común de las navidades son los petardo, depende de la fuente emisora y qué tan cerca esté de la persona, el sonido puede percibirse hasta en 160 decibeles”, explicó el experto con más de 30 años de experiencia.

Un decibel (cuyo símbolo es dB) es una unidad de intensidad acústica equivalente a la décima parte de un belio, según define la Real Academia Española. El “belio”, a su vez, recibe su nombre del físico Alexander Graham Bell (1847-1922), quien creó, entre otras cosas, el teléfono. El decibel (como se le conoce en América Latina) es, entonces, como el oído percibe un sonido.

Partiendo de una unidad neutra (cero), a medida que sube la intensidad, el oído lo capta como un sonido agradable (un susurro) o aterrador (una explosión). “No se recomienda que el oído esté expuesto a ruidos que sobrepasen los 75 u 80 decibeles”, señaló Gómez, quien en su práctica, si bien no cuentan con estadísticas exactas, ven cada enero un alza en la llegada de pacientes con daños auditivos a causa de petardos, cohetes u otro tipo de pirotecnia.

Más allá del “boom”

Los fuegos artificiales son lindos de ver, pero escucharlos es otra cosa y si se multiplican (como en actividades al aire libre o en despedidas de fin de año) el resultado puede ser, literalmente, ensordecedor. 

Los fuegos artificiales pueden causar una lesión auditiva si no se usan protectores de oídos”, indicó Gómez. “En este caso, la intensidad de sonido alcanza los 140dB y el daño es instantáneo.
La exposición a elevados niveles de sonido puede ocasionar una pérdida de audición temporal, permanente o tinnitus”, dijo. El tinnitus es ese zumbido resultante luego de haber recibido el impacto sonoro, que puede durar minutos, horas, días o ser permanente, dependiendo de la cercanía y la duración de la exposición al ruido.

“Regularmente, la mayoría de las personas conviven con ruidos que sobrepasan los 65 decibelios, el límite diurno que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y es a partir de los 85dB cuando empieza la amenaza de lesiones auditivas irreversibles”, escribió el audiólogo.

No son solo los petardos

La música alta, los conciertos, el sonido de maquinaria -taladros, cierras de cadena, martillazos-, los bocinazos del tapón, las motoras sin muffler, los four tracks y hasta una podadora de grama pueden alcanzar decibelios que perjudican la audición y, lamentablemente, este sentido no se recupera una vez se pierde.

Pueden haber tratamientos para mejorarla, pero lo ideal, según destacó Gómez en entrevista, es prevenir el daño en primer lugar.

“Por ejemplo, las personas que practican el tiro al blanco o la cacería lo hacen con equipos protectores, pero cuando se hacen detonaciones de armas de fuego indebidamente para supuestamente ‘celebrar’ pueden causar, además de pérdidas de vida, riesgo de pérdida de audición”, recalcó.

No te tienes que quedar encerrado

Tapiar las ventanas y ponerte tapones 24/7 no es necesariamente la solución, pero sí debes tener en cuenta que el “volumen” sube en Navidad y hay que tomar precauciones, sobre todo con los niños y las personas mayores.

“A los niños y bebés hay que dejarlos dentro de la casa” durante la celebración, observó Gómez. “También exhortamos a las personas a que usen otras cosas para festejar, como cohetitos, cornetas, o garbancitos, que son legales”, agregó.

En cuanto a la pirotecnia ilegal, está garantizado que van a causar problemas, “no solo por el riesgo de que te detone en la mano o cerca del pie, sino que la emisión de sonido es bien perjudicial a la salud” ¿Y si el revolú es en la calle? Pues toma medidas, como tener a la mano tapones o audífonos que amortiguen la exposición al ruido.


“Lo que sí podemos decir es que, si se asiste a fiestas y conciertos, si saben que se van a exponer a niveles altos de música que se ubiquen lo más lejos posible de las bocinas, o utilicen equipo de protección y eviten largas exposiciones”. añadió el audiólogo.

¿Y la niñez?

Cada vez más niños y niñas están conectados a equipos electrónicos y, por consiguiente, expuestos al ruido. Entre los juguetes como pistolas, lásers y espadas que emiten sonidos, como tambores, pianos o platillos, se les debe enseñar a usarlos con moderación y, si se descubre que el sonido es demasiado fuerte, cambiarlos por otro juguete.

Si lo del nene es lo electrónico, como las tabletas o reproductores de música, se pueden adoptar otras medidas: estos equipos pueden programarse de tal manera que el volumen no exceda niveles aceptados, e incluso venden audífonos para niños que impiden que el menor suba la música o el volumen y pueda escuchar sin afectarse la audición.

“Las armas de juguete que funcionan con pilas, por ejemplo, causan (en modo normal) un ruido de entre 110 y 135dB, un nivel similar al producido por la actuación de un grupo de música”, destaca Precision Hearing & Balance Center.

“La pérdida de audición por ruido es acumulativa y sucede de forma gradual a lo largo de los años... por eso es tan importante revisar los juguetes de los niños y vigilar para el uso adecuado de los mismos”, concluyó Gómez.

Fuente: primerahora.com