Los soldados y marines sorprendidos por bombas de carretera y tiroteos en Irak y Afganistán vuelven a casa con un porcentaje epidémico de pérdida de audición permanente y pitidos en los oídos. Cerca del 60 por ciento de las tropas norteamericanas expuestas a bombardeos sufren daños auditivos permanentes, y el 49 por ciento padece tinnitus, según datos recopilados por los audiólogos militares.
Las bombas a los lados de la carretera, comúnmente utilizadas por los insurgentes y terroristas en Irak, son la causa principal de estas lesiones auditivas. Las explosiones por bombas de carretera causan al instante tal cambio en la presión del aire que pueden perforar los tímpanos de los soldados atacados y romper los huesos del oído interno.
La imprevisibilidad de las emboscadas y demás enfrentamientos no permite que los soldados puedan ponerse sus protectores auditivos especiales a tiempo. Y algunos soldados no utilizan los tapones por que temen que esto afecte a su audición y su percepción combativa, hasta tal punto de poder poner en un peligro aún mayor a sus colegas y a ellos mismos.
Incluso la mejor protección auditiva únicamente puede dar una protección parcial a la luz del arsenal empleado en los combates actuales. Simplemente el ruido de un tanque en movimiento puede dañar la capacidad auditiva si los soldados no utilizan tapones.
El nivel de ruido de un tanque en funcionamiento es de 80-85 dB, mientras que los niveles de ruido de las explosiones o tiroteos pueden alcanzar los 180 dB. Ningún protector auditivo ofrece una protección segura contra estos niveles de ruido, ya que las mejores protecciones auditivas proporcionan una reducción de ruido de hasta 25 dB.
El alto porcentaje de lesiones auditivas de los soldados norteamericanos no había sido previsto por los médicos militares especialistas y expertos externos. El ejército de los EE.UU. ha reaccionado tomando varias precauciones para proteger mejor la audición de los soldados.
Fuentes: hear-it.org