Los sonidos de altos decibeles producidos ya sea en discotecas, construcciones o industrias forman parte de la contaminación sonora y pueden generar efectos nocivos en la audición de las personas, principalmente en niños y jóvenes.
El Dr. Raúl Latorre Martínez, especialista en otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello, expreso lo siguiente:
La contaminación sonora posee diversos efectos. En la audición, en primer lugar, el efecto acumulativo va provocando un daño imperceptible para el individuo al inicio, pero que genera un déficit irreversible en la audición a lo largo de los años; por otra parte, es posible una pérdida inmediata y no recuperable de la audición normal.
También se encuentran los comúnmente llamados zumbidos, con diferentes intensidades, que ocasionan molestias hasta hacer muy difícil conciliar el sueño. Tiene efectos sobre el sistema nervioso central produciendo fatiga, estrés, depresión, ansiedad, histeria, neurosis y falta de deseo sexual.
–¿Quiénes pueden ser los afectados, existe un rango de edad?
–Los efectos de la contaminación sonora pueden producirse en todas las edades, pero debe tenerse especial cuidado en los niños pequeños en los que los síntomas son más difíciles de ser apreciados y en los cuales una disminución auditiva en la etapa previa al desarrollo del lenguaje puede limitar de forma permanente su capacidad para el desarrollo. Es importante tener en cuenta que el uso frecuente de dispositivos auriculares para escuchar música generan un efecto sumativo a la agresión que produce la contaminación sonora al sistema de la audición.
–¿Cuáles son los tratamientos ante una disminución de la audición?
–La pérdida auditiva aumenta según la intensidad del ruido al que el individuo es sometido y el tiempo de exposición. Deben evitarse los sonidos de intensidad superior a los 70 dB, es decir, ruidos por encima de esa intensidad generan progresivas pérdidas de la audición en función a la intensidad de los mismos y el tiempo de exposición. Es importante recordar que un factor determinante es la predisposición de cada oído. Menores intensidades de sonidos, incluso con menor tiempo de exposición, pueden causar daños irreversibles en la audición.
–¿Qué hacer en caso que se presente una disminución en la audición?
–Si existe una disminución auditiva, lo primero que debe hacerse es evitar la exposición al exceso de sonido y acudir al especialista en otorrinolaringología para la determinación de la magnitud de la pérdida mediante la realización de un perfil audiológico y tomar las medidas de acuerdo a cada caso. Diferentes medicaciones fueron empleadas para el tratamiento de dicha afección, con resultados que difieren en los distintos estudios, teniendo como alternativas los audífonos si la pérdida es importante.
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