Crecer en una granja puede afectar a la capacidad auditiva. El 12% de un grupo de personas de 30 años a fecha de hoy, que vivió o trabajó en el campo durante la década de los 90, mostraban una pérdida auditiva de 25dB o más, según hallazgos de un estudio.
Un estudio realizó un seguimiento a jóvenes estudiantes que formaron parte de un programa para preservar la capacidad auditiva, de principios y mediados de la década de los 90 en Wisconsin, Estados Unidos, descubriendo que muchos de aquellos estudiantes que habían trabajado o vivido en una granja mostraban una pérdida de audición en la actualidad.
Más personas con pérdida de audición
Originalmente, el programa comprendía 690 participantes. 16 años después, los investigadores se pusieron en contacto con 392 personas que habían formado parte del grupo inicial, realizándoles pruebas de audición para evaluar su capacidad auditiva.
El 63% de las personas, que en la actualidad tenían de 32 a 38 años, presentaban una pérdida de audición de 10 dB en altas frecuencias. El 12% de los participantes mostraban una pérdida de audición importante de 25dB en adelante. Este porcentaje es mucho más elevado del que presentan las personas de este mismo grupo de edad en general.
Ruido en las granjas
La razón por la cual vivir y trabajar en una granja puede desencadenar una pérdida de audición se debe al ruido de la maquinaria y los animales. El ruido es una de las causas principales de la pérdida de audición. El sonido de los chillidos de los cerdos puede alcanzar un nivel de hasta 130dB. Las secadoras de grano y las motosierras pueden generar ruidos de hasta 110dB, y las barrenas alcanzan los 95dB. Mientras que el nivel máximo de ruido de seguridad para el ser humano es de 85dB.
El estudio fue realizado por el Centro Nacional de Medicina Agrícola, perteneciente a la Fundación de Investigaciones Clínica de Marshfield. El objetivo del programa original era poder intervenir de forma temprana para prevenir la pérdida de audición.
Fuentes: hear-it.org, thecountrytoday.com