Patología de la articulación temporomandibular

El término desórdenes temporomandibulares (DTMs) hace referencia a un conjunto de patologías y situaciones clínicas, de distinta etiología, pero que tienen en común la posibilidad de provocar algún tipo de alteración funcional del aparato masticatorio.

Los Desórdenes Temporomandibulares (DTM) o Desórdenes Craneomandibulares (DCM) comprenden todas aquellas miopatías o artropatías que pueden afectar al sistema de relación craneomandibular.


La Academia Americana de Dolor Orofacial (AAOP) en colaboración con la Sociedad Internacional para el Estudio de las Cefaleas (IMS), elaboró en 1988 la clasificación actual de los desórdenes temporomandibulares que se incluye en el apartado 11, subapartados 1.7 y 1.8 de la clasificación de Cefaleas, Neuralgias y Dolor Facial (ver Tabla 1), estableciendo asimismo, los criterios diagnósticos de cada una de las entidades clínicas consideradas. Actualmente están considerados la principal causa de dolor orofacial de origen no dentario. 

Se calcula que entre el 40 y el 75% de la población presenta o ha presentado algún signo de DTM. Se ha involucrado a factores etiológicos como traumatismos, estrés emocional, inestabilidad ortopédica e hiperactividad muscular como elementos significativos, pudiendo actuar como factores predisponentes, precipitantes o perpetuantes dependiendo de la individualidad del paciente disfuncional.

Entre los aspectos controvertidos de los desórdenes temporomandibulares, el que más confusión ha añadido es la carencia de uniformidad en la terminología diagnóstica.
 
Antecedentes históricos 

Comenzó en la década de los años veinte, cuando Golden y Wright reconocieron la existencia de los desórdenes temporomandibulares. 

Poco después, Costen describió un síndrome que consistía en hipoacusia, rigidez mandibular,acufenos, vértigo y dolor de cabeza. 

Él agrupó estos síntomas en un síndrome que comenzó a conocerse como “Síndrome de Costen”. Aunque la descripción anatomofisiológica que realizó de los mecanismos de este desorden fueron invalidados, él ,sin embargo, reconoció un grupo de signos y síntomas que causaban dolor orofacial.

En 1959, Schore describe un grupo de síntomas similares, el cual denominó “TMJ dysfunction síndrome” (síndrome disfunción de ATM). Schwartz, el mismo año acuña el término “Temporomandibular pain síndrome” ( síndrome de dolor temporomandibular). En 1962 Ramfjord y Ash, en su libro de texto de oclusión clasifican los “desórdenes de ATM” (TMJ disorders) en dos subgrupos: Artritis traumática aguda/ espasmo muscular y Artritis crónica/ espasmo muscular crónico.

Posteriormente Okeson y Gerber describieron un grupo de signos y síntomas similar que denominaron como “disturbios oclusomandibulares” (oclusomandibular disturbance).
Posterior, en la década de los setenta, varios escritos fueron publicados por Farrar, lo que produjo gran interés en el “trastorno interno”, o desplazamiento de disco, causando chasquido y al menos en algunos pacientes bloqueo de ATM. Como ocurrió con el diagnóstico de síndrome dolor disfunción miofascial, comenzaba la era del “trastorno interno”. Muchos profesionales atribuyeron todos los dolores en los alrededores de la ATM al desplazamiento discal.

En 1986, Bell refinó sus categorías diagnósticas. Su clasificación es usada todavía por numerosos clínicos, y estos elementos se encuentran en la mayoría de clasificaciones propuestas por otros autores.

Situación actual 

Numerosos estudios epidemiológicos han analizado la prevalencia de los DTM en determinadas poblaciones, dado que estos estudios engloban distribuciones de edad y sexo muy diversas, probablemente pueda aceptarse que exista un porcentaje similar en la población general. Según estas publicaciones, parece que una estimación conservadora del número de individuos de la población general con algún tipo de DTM es del 40-60%.


Con el crecimiento de estas enfermedades denominadas Desordenes Temporomandibulares (DTM), aumentan las instituciones y asociaciones dedicadas al estudio de las mismas, convergiendo con las sociedades que estudian el dolor orofacial crónico. Así es el caso de la Sociedad Española de Disfunción Temporomandibular, que imitando a su homónimo americano, acuñó el apellido “...y Dolor Orofacial” en Mayo del 2002 y que cada año cuenta con un mayor número de socios, interesados por estos desordenes, siendo conscientes de la importancia de esta enfermedad en el siglo XXI.

En cuanto al funcionamiento de la consulta de ATM, esta se realiza sin instalaciones especificas, llegándose al diagnóstico a través de una Historia Clínica correcta y tras la exploración y palpación del área temporomandibular y orofacial. En los tratamientos se realizan ejercicios de fisioterápia mandibular, eliminación de hábitos parafuncionales, tratamientos farmacológicos y/o dispositivos interoclusales, siendo reducido el grupo de pacientes que deben someterse a intervenciones quirúrgicas como son las artroscopias.