Este padecimiento lo sufrió el cantante Luis Miguel, lo que provocó la cancelación de algunas de sus presentaciones. Luz María Alonso Valerdi, especialista en ingeniería neuroacústica, y David Ibarra, ingeniero en acústica, ambos investigadores del ITESM campus Monterrey, diseñaron la terapia para ayudar a quienes padecen ésta enfermedad, también llamada acúfeno.
Estamos tratando el acúfeno, en el que el paciente percibe un sonido que no existe en el entorno, pero llega para quedarse en algunos casos. Generalmente se trata de un sonido agudo que está momentáneamente, y a lo largo de la vida es posible tener varios episodios de él. Sin embargo, el problema es cuando el sonido ya se hace permanente. En estos casos, la intensidad aumenta cuando el paciente vive con estrés o cambios emocionales bruscos”, afirmó la experta.Hace más de un año que los investigadores, en colaboración con estudiantes del ITESM y colegas de universidades extranjeras, empezaron el estudio, el cual ya está siendo aplicado a pacientes del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), ubicado en la Ciudad de México.
Ahí, agregó Luz María Alonso, han trabajado con 60 personas desde enero de 2016. Éstas, dijo, son canalizadas a las pruebas de la terapia acústica cuando médicamente ya no tienen solución, es decir, que ya han sido tratadas con fármacos u otros procedimientos sin resultados favorables.
Cuando ellos llegan les informamos que la terapia acústica aún está a prueba, pues no se ha personalizado completamente, por lo que puede o no tener éxito. No obstante, aunque ellos no tuvieran un efecto positivo sus registros y el seguimiento que le demos nos permitirá contestarnos por qué no funcionó”.
La terapia acústica consiste en dar a los pacientes a que escuchen sonidos abstractos, diseñados sintéticamente, a fin de que éstos remodulen la comunicación entre sus neuronas. Gracias a que es posible descargarla en cualquier reproductor de música, la terapia acústica no generaría un costo monetario. No requiere que el paciente le destine atención, es decir, puede realizar cualquier otra actividad mientras la oye.
Más allá de una terapia
El proyecto, comentó la investigadora, no es sólo proporcionar una alternativa a los pacientes, sino también evaluar qué tan eficiente es individualmente, pues el sonido es distinto en cada persona, y personalizar las terapias. Cada quien lo percibe de diversa manera, algunos lo reportan como un grillo o como el sonido que hace el agua al caer, otros como el viento. Algunos los describen como molesto, agudo y lastimoso. Al ser tan diverso dificulta el trabajo a la hora de resolver el problema”.
Por el momento se está aplicando una terapia genérica a todos los pacientes, la cual ya ha sido probada en otros padecimientos por científicos extranjeros, durante una hora diaria a lo largo de dos meses.
Con base en los resultados que recolectan los ingenieros se puede estudiar el comportamiento eléctrico de la corteza cerebral. “El acúfeno es un padecimiento neuronal y no una deficiencia de oído. Entonces, debido a esto la terapia acústica ataca esa deficiencia mientras nosotros estamos monitoreando todo el tiempo.
Así, podremos decir en qué personas no funcionó, pero también por qué no funcionó y tratar de buscar una respuesta al problema. Lo que perseguimos es tener una metodología específica para los médicos, para que identifiquen, a través de ciertas características, a los pacientes con probabilidades de éxito con la terapia”.
Además de utilizar la terapia acústica como posible solución al tinittus, los expertos están en busca de algún daño a la memoria auditiva del cerebro, pues se sabe que esta enfermedad la daña y, por tanto, genera que quienes la padecen tarden en identificar sonidos comunes como el de un claxon o el del microondas.
Fuente: http://www.excelsior.com.mx, Publicado: 29 de enero, 2017