Cuando se produce un ictus, un infarto cerebral, durante un periodo de tiempo regiones de nuestro cerebro se quedan sin riego sanguíneo, pudiendo derivar en la muerte de esas regiones del cerebro. Cuando las regiones del cerebro afectadas son del cortex motor esto tiene como consecuencia que la parte del cuerpo controlada por el tejido muerto puede sufrir parálisis.
A menudo esa parálisis no es completa porque suele haber cierta redundancia en el cerebro y suele haber más de una región del cerebro que controla el funcionamiento motor de una misma parte del cuerpo. El tinnitus es una patología menos conocida, pero bastante molesta para los que la sufren.
Se ocasiona cuando la cóclea sufre una lesión que resulta en la percepción continua de un sonido ("un pitido") por parte del paciente. En la mayor parte de los casos, el paciente tiene que acostumbrarse vivir el resto de su vida con un pitido en el oído, algo que puede afectar a tareas que requieran concentración mental y al descanso nocturno. Ambos problemas pueden potencialmente resolverse si conseguimos reentrenar nuestro cerebro para acostumbrarse a las nuevas condiciones.
Por ejemplo, en el caso del tinnitus lo que tenemos que hacer es conseguir que el cerebro ignore esa señal continua que le llega de la coclea dañada. Y en el caso del ictus, lo ideal sería conseguir que si hay alguna región del cortex motor que tiene cierto control sobre una zona del cuerpo que sufre parálisis tratar de entrenar esa región para conseguir un mayor control sobre la zona paralizada y volver a recuperar movimiento.
Este tipo de reentrenamiento del cerebro es el objetivo de la empresa Microtransponder. Esta empresa ha diseñado un implante electrónico, que podéis ver bajo de estas líneas, cuyo objetivo es ayudar a reentrenar al cerebro mediante la estimulación del nervio vago.
En el caso del tinnitus el objetivo es producir estimulación en el nervio vago que se corresponde con frecuencias que se encuentran justo encima y debajo de las frecuencias correspondientes con el pitido que escucha el paciente, consiguiendo así una disrupción en la sincronización neuronal que consigue cambiar la configuración del cerebro en las frecuencias que se encuentran alrededor del pitido que escucha el paciente y termina eliminándolo.
En el caso del ictus el propósito es ayudar a estimular esas zonas del cerebro que poseen un cierto control motor sobre las partes del cuerpo paralizadas.
En ambos casos el dispositivo más que emplearse en el día a día se emplearía con el soporte de un terapeuta que lo controlaría durante sesiones de terapia para el paciente.
Ya se han conducido tests clínicos con el dispositivo, y a finales de este año estará a la venta en la Unión Europea para el tratamiento del tinnitus, y a mediados de 2016 estará a la venta la versión que permite tratar el ictus. En Estados Unidos el proceso será un poco más lento, teniendo que esperar por ambas versiones para 2016.
Por ejemplo, en el caso del tinnitus lo que tenemos que hacer es conseguir que el cerebro ignore esa señal continua que le llega de la coclea dañada. Y en el caso del ictus, lo ideal sería conseguir que si hay alguna región del cortex motor que tiene cierto control sobre una zona del cuerpo que sufre parálisis tratar de entrenar esa región para conseguir un mayor control sobre la zona paralizada y volver a recuperar movimiento.
Este tipo de reentrenamiento del cerebro es el objetivo de la empresa Microtransponder. Esta empresa ha diseñado un implante electrónico, que podéis ver bajo de estas líneas, cuyo objetivo es ayudar a reentrenar al cerebro mediante la estimulación del nervio vago.
En el caso del tinnitus el objetivo es producir estimulación en el nervio vago que se corresponde con frecuencias que se encuentran justo encima y debajo de las frecuencias correspondientes con el pitido que escucha el paciente, consiguiendo así una disrupción en la sincronización neuronal que consigue cambiar la configuración del cerebro en las frecuencias que se encuentran alrededor del pitido que escucha el paciente y termina eliminándolo.
En el caso del ictus el propósito es ayudar a estimular esas zonas del cerebro que poseen un cierto control motor sobre las partes del cuerpo paralizadas.
En ambos casos el dispositivo más que emplearse en el día a día se emplearía con el soporte de un terapeuta que lo controlaría durante sesiones de terapia para el paciente.
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