Las personas con discapacidad auditiva suelen tener dificultades para discriminar entre las distintas fuentes de sonido, mientras que las personas con audición normal son capaces de separar el sonido de fondo de los sonidos relevantes.
Por consiguiente, las personas con pérdida de audición dependen a menudo de poder situarse frente a la persona que habla. Holger Schulze, catedrático del Instituto de Neurobiología de Leibnitz en Magdeburg, Alemania, cree que este problema podrá solventarse en un futuro no muy lejano.
Junto con científicos alemanes y británicos, Holger Schulze estudió el proceso del cerebro que permite a las personas con audición normal discriminar entre las distintas fuentes de sonido. Sus hallazgos pueden ser la base para desarrollar nuevos tipos de audífonos que permitirían al usuario discriminar entre las fuentes de sonido.
Diferencias entre las ondas sonoras Schulze y sus colegas descubrieron que el cerebro es capaz de centrarse en las sutiles diferencias de las ondas sonoras. Las ondas sonoras de una voz de hombre, por ejemplo, tiene una estructura distinta al sonido de un niño.
Estas diferencias estructurales se procesan en distintas partes del cerebro, permitiendo que el cerebro se centre en unas en detrimento de otras. Este mismo mecanismo podría ser incorporado en la próxima generación de audífonos, sugiere Schulze.
“Esto podría beneficiar a las personas que utilizan audífonos en situaciones donde no pueden mirar directamente a su interlocutor, por ejemplo, mientras conducen,” expone Schulze en el periódico británico Daily Telegraph.
Fuente: hear-it.org