Los decibelios en el gimnasio peligran la audición

La música en los gimnasios suele alcanzar niveles insalubres que retumban por doquier, desde 100 hasta 115 dB, siendo las clases de spinning las más peligrosas.

Varios estudios demuestran que los asistentes y los instructores de este tipo de clases corren el peligro de dañar su audición. Está de moda asistir a clases de “spinning”, “zumba”, “bodypump”, donde la música a toda potencia va unida al aumento de las pulsaciones y el sudor.


Al ponerse en forma, la música aumenta la motivación, sin embargo, estar expuesto a música elevada de forma prolongada puede dañar también la capacidad auditiva y provocar una pérdida de audición inducida por ruido.

Fallo en seguir la normativa de la industria en los gimnasios

La PIX11, principal canal televisivo neoyorquino de la compañía Tribune, realizó un estudio encubierto para medir los niveles de ruido en cuatro gimnasios estadounidenses. Los resultados han disparado todas las alarmas.

En todos los gimnasios se ponía la música a un nivel constante de 100 dB en adelante y durante las clases alcanzaban niveles de hasta 115 dB, lo que excede los niveles de seguridad de la industria de centros deportivos y la recomendada por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, la OSHA (siglas en inglés).

Los resultados del estudio corroboran una investigación previa de la Universidad George Mason en Virginia, Estados Unidos, que muestra niveles de ruido durante las clases de “spinning” en varios gimnasios estadounidenses que alcanzaban a menudo los 100-110 dB, lo que excede en 30-40 dB los niveles máximos recomendados.

Los instructores son los más perjudicados

Los altos niveles de ruido ponen en un grave peligro la capacidad auditiva de los asistentes a las clases, pero son los instructores los que corren más riesgo, ya que están prácticamente toda la jornada laboral expuestos a música muy alta.

En el sector se bromea con que todos estaremos sordos a los 35 años”, comentaba previamente Teri Bothwell, director de la cadena de gimnasios “Sport & Health” de Virginia, en un artículo del Washington Post.
Exponerse una vez a este tipo de ruido no perjudica la audición del asistente o del instructor del gimnasio, sin embargo, una exposición prolongada y constante a niveles de ruido por encima de los 90 dB puede producir una pérdida de audición permanente, ya que se dañan las células ciliadas del oído interno.


“Si nos exponemos a un nivel de 99 dB o superior durante más de una hora de forma habitual, existe un riesgo enorme de que se produzca una pérdida de audición. Una vez que se pierde la audición, no se puede recuperar”, explica la Dra. Leslie Stengert, profesora de salud de la Universidad de Indiana en Pittsburgh, Estados Unidos, y miembro del Colegio estadounidense de Medicina Deportiva.

Fuentes: hear-it.org, www.pix11.com, www.healthyhearing.comwww.washingtonpost.com, imagen de www.fotolia.com