Cómo evitar el dolor de oídos al volar en avión

Una de cada cinco personas tiene posibilidades de sufrir taponamiento o dolor en los oídos al volar en avión, según los datos que maneja la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello. 

Este problema recibe el nombre de barotrauma y se debe a los profundos cambios de presión. Es algo que también se reproduce en los ascensos o descensos de puertos, en el paracaidismo, viajes en tren o la práctica de buceo. En este artículo queremos explicarte cómo evitar el dolor de oídos al volar


El presidente de la Sociedad Balear de Otorrinolaringología y Patología Cervicofacial, el doctor Guillermo Til, explica que la gente que más riesgo tiene de sufrirlo son las personas con enfermedades que provocan inflamación de la mucosa nasal. 

El barotrauma puede padecerse en distintas partes del cuerpo, no sólo en los oídos. También en los pulmones, senos paranasales. Y siempre debido a los cambios de presión. Entre los síntomas más comunes se encuentran la pérdida de audición, taponamiento, dolor y mareos.

La presión a nivel del mar es de 760 mm Hg, mientras que la altura a la que vuelan los aviones, unos 10.000 metros de altura, es cuatro veces inferior. Pese a ello, los aviones están presurizados, por lo que se mantiene dentro de la nave la presión que habría a unos 2.500 metros. Uno de los trabajos del oído es equilibrar presiones, de ahí que durante el descenso del avión se rebaje la presión ambiente. Eso es debido a que el aire que está en oído se expande.

Para evitar los problemas de presión al volar, bucear, realizar paracaidismo o cualquier otra actividad que implique un cambio importante de presión es preciso valorar que aquellas personas con episodios alérgicos o con infecciones respiratorias que no estén bien tratados deben en la medida de lo posible evitarlas.


Los expertos recomiendan poner en práctica la maniobra de Valsalva en el momento en que el avión comienza a descender para aterrizar. Se trata de tomar aire, tapar la boca y la nariz y soplar incrementando la presión en la laringe, que ayuda a ventilar el oído, señala del doctor Til. También resulta preciso mantenerse despiertos ya que durante el sueño el mecanismo de deglución se ralentiza, lo que en cierta medida no permite regular la presión.

Fuente: www.okdiario.com