Razones para evitar las bebidas endulzadas no faltan: las calorías “vacías” que aportan ayudan a tener sobrepeso, aumentan las posibilidades de que desarrolles diabetes de tipo 2, pueden dañar a tus dientes y hasta hay investigaciones que asocian su consumo con las enfermedades crónicas de los riñones, ataques cardíacos, hígado graso, enfermedades crónicas del hígado y el desarrollo del síndrome metabólico (un grupo de trastornos que incluye la presión arterial alta, los niveles de insulina elevados en la sangre, el nivel del colesterol bueno bajo, el de los triglicéridos elevado en la sangre, y un exceso de grasa alrededor de la cintura).
Como si todo eso fuera poco, un estudio presentado en el encuentro anual de la Academia Americana de Neurología encontró que consumir bebidas endulzadas, en especial las bebidas dietéticas, podrían aumentar el riesgo de desarrollar depresión, mientras que el consumo de café podría reducirlo.
Para llegar a estos resultados, unos investigadores del Instituto Nacional de Medicina (también avalados por el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental y el Instituto Nacional del Cáncer) relacionaron los datos sobre el consumo de las bebidas endulzadas, el café, el té y la depresión de casi 264 mil adultos que tenían entre 50 y 71 años de edad al inicio del estudio.
Evaluaron el consumo de las bebidas entre 1995 y 1996 y diez años más tarde les preguntaron si habían sido diagnosticados con depresión, desde el año 2000. Así encontraron que las personas que tomaban más de cuatro tazas o latas de soda por día tenían un 30 por ciento más posibilidades de desarrollar depresión que las que no tomaban bebidas endulzadas y el riesgo aumentaba a 38 por ciento cuando se trataba de jugos de fruta (zumos) artificiales.
En ambos casos, el riesgo era mayor si la bebida era dietética (con endulzantes bajos en calorías). Por el contrario, cuando se trataba del consumo de café sin endulzantes agregados, el riesgo de sufrir depresión era un 10 por ciento menor entre aquellos que bebían al menos cuatro tazas por día en comparación con quienes no tomaban café en absoluto.
Estos resultados se suman a otros que relacionan el consumo de café con la depresión, según la cual las mujeres que consumían cuatro o más tazas de café al día eran menos propensas a sufrir trastornos del estado de ánimo que las que toman menos cantidad o no bebían café en absoluto.
De manera similar, otros estudios ya han relacionado el consumo de sodas con distintos problemas de salud, como según el cual las personas que consumen más glucosa y fructosa (dos tipos de endulzantes que se encuentran en estas bebidas) tienen niveles de presión arterial más elevados, algo que era más notorio aún en personas que consumían niveles elevados de azúcar y de sodio (el sodio es la sal que está presente no sólo en los alimentos sino también en las bebidas, ya sea de manera natural o agregada).
En cuanto a la depresión, aunque muchas personas no le den la importancia que se merece es una condición que debe ser tratada de la manera correspondiente, ya que puede interferir hasta en las actividades cotidianas de quien la sufre.
Si la tristeza, la irritabilidad o las preocupaciones interfieren con tu calidad de vida y se prolongan mucho en el tiempo, busca ayuda para poder volver a disfrutar todos los momentos de la vida y, por qué no, mientras sigues el tratamiento que te indique el médico también procura disminuir tu consumo de sodas y si te agrada y no tienes contraindicación para tomarlo y no te causa ningún trastorno, bebe más café sin endulzar.
Fuente: vidaysalud.com