Antioxidantes y magnesio para mantener una buena salud auditiva


El ruido causa una intensa actividad metabólica en el oído interno. Cuando las vibraciones sonoras intensas propias de los ruidos fuertes llegan a las células ciliadas del oído el cuerpo reacciona liberando radicales libres en el torrente sanguíneo, y si bien son de sobra conocidos por todos los efectos degenerativos de estas moléculas en nuestro organismo, a la lista hay que añadir el daño a las células ciliadas cocleares.

La acción conjunta de ciertos nutrientes bloquean parte de estas complejas reacciones celulares. Las Vitaminas A, C y E resultan buenos antioxidantes y por tanto “barredores” de radicales libres. La Vitamina D contribuye a aumentar la resistencia ósea en los huesos de nuestro oído, previniendo el efecto de envejecimiento causado por la edad.


El magnesio aumenta el flujo sanguíneo dentro del oído para contrarrestar la disminución del mismo que los radicales libres originan.

Otros suplementos:

Ácido Alfa Lipoico (ALA) y Acetil-L-Carnitina (ALC): Coenzimas antioxidantes de síntesis limitada en nuestro organismo a partir de espinacas, carne, hígado o levadura de cerveza, por lo que se suele tomar como suplemento.

Aldosterona: Hormona que mantiene el equilibrio electrolítico en nuestro cuerpo.

Omega-3: Ácidos grasos saludables. Se encuentran en el pescado como salmón, sardina, caballa, arenque.

Ácido Fólico (Vitamina B9):
Reduce la producción de homocisteína, aminoácido residual de la digestión de la proteína. Se encuentra en carnes, hígado, espinacas, acelgas y cereales integrales.

Coenzima Q10, antioxidante: Se produce en nuestro cuerpo, ayuda en la conversión de grasa en energía y en la reparación de células ciliadas dañadas por los radicales libres.

Glutatión: Este nutriente se sintetiza en nuestro propio organismo y tiende a disminuir su concentración con la edad en el nervio auditivo responsable del transporte de la onda sonora desde el oído interno al cerebro.

Fuente: blog.beltone.es, imagen de fotolia