El trabajo, el estilo de vida y las actividades de ocio pueden provocar pérdida de audición. En algunas profesiones, el riesgo de padecer una pérdida auditiva puede aumentar hasta cinco veces, incluso el feto de una madre que trabaja en un entorno muy ruidoso puede verse afectado.
Los trabajadores expuestos a ruido ocupacional tienen hasta cinco veces más riesgo de sufrir problemas auditivos y tinnitus. Existen ciertas profesiones que agravan la probabilidad de desarrollar pérdida de audición inducida por ruido.
Por ejemplo, el personal aeroportuario de control de tierra es definitivamente el peor trabajo para los oídos, ya que el ruido de los aviones al despegar y al aterrizar puede alcanzar la elevada cifra de 140 dB.
Asimismo, los mineros, los obreros de la construcción y los carpinteros también corren un grave peligro de padecer pérdida de audición inducida por ruido, debido al uso de maquinaria pesada y herramientas eléctricas ruidosas como parte inevitable de su oficio.
El estilo de vida y los problemas auditivos
Tener sobrepeso de adulto puede producir un efecto negativo en la función auditiva, en particular, en la capacidad de escuchar sonidos de altas frecuencias. Asimismo, otros hábitos como fumar o beber alcohol también pueden tener un impacto a la hora de desarrollar problemas auditivos.
Un estudio indica que los fumadores habituales tienen un 15% más riesgo de padecer pérdida de audición que los no fumadores. Otros estudios demuestran que el consumo elevado de alcohol durante un largo periodo de tiempo puede provocar daños en el córtex central del cerebro, como consecuencia, el cerebro es incapaz de procesar los sonidos, lo que finalmente puede derivar en una pérdida de audición.
Las actividades de ocio ponen a prueba nuestra audición
No solo el trabajo o el estilo de vida pueden aumentar el riesgo de padecer problemas de audición, las actividades que realizamos en tiempo de ocio pueden dañar también nuestra capacidad auditiva.
Por ejemplo, la música que suena en las clases de grupo de los gimnasios suele alcanzar niveles insanos de sonido que retumban por doquier, de 100 a 115 dB, siendo las clases de “spinning” las más peligrosas. Según otro estudio, las personas que participan en actividades de ocio, que alcanzan niveles de ruido de 90 dB de media, tienen un 10% más probabilidades de padecer pérdida de audición.
Fuente: www.hear-it.org