No existe una regulación ni ley medioambiental clara para proteger a los ciudadanos ecuatorianos. La ley existente establece ciertos límites permisibles pero no se aplican legalmente, según explica Juan Carlos Fonseca, consultor medioambiental.
Hasta 110 dB en la calle
Una de las principales fuentes de contaminación acústica en casi todas las provincias de Ecuador es el ruido del tráfico. Las campañas de control de ruido y sanciones se aplican en algunas regiones para reducir la contaminación acústica causada por el transporte público, y el excesivo uso de la bocina de los automóviles.
Un estudio llevado a cabo en Loja, promovido por la Fundación CAJE, pretende descubrir los niveles de ruido de esta ciudad ecuatoriana. Los investigadores midieron los niveles de ruido en zonas atestadas de gente y tráfico, como mercados y paradas de autobús.
Los resultados muestran niveles de ruido por encima de los 110 dB en algunas zonas, una situación que puede producir daños auditivos. “Normalmente, una persona debería exponerse sólo a 40-60 dB,” afirma Ramón Aguirre, doctor y uno de los investigadores del estudio, en la revista digital lahora.com.es.
Cada vez más daños auditivos
Las visitas al audiólogo han aumentado. “Una media de quince personas al día visitan al médico debido a problemas de audición leves, moderados o severos”, explica Gladys Espinoza, audióloga en el Hospital Carlos Andrade Marin, alahora.com.ec.
“Casi la mitad de ellos padecen un daño grave en su capacidad auditiva debido a la exposición a ruido”. Existe además un aumento preocupante de jóvenes menores de 25 años con trastornos auditivos, añade la doctora Espinoza.
La aplicación de normativas medioambientales es difícil en Ecuador, según Juan Carlos Fonseca, debido principalmente a la falta de recursos y la falta de un organismo regulador para la contaminación acústica.
Fuente: http://www.hear-it.org