Los oídos siguen escuchando los sonidos después de que hayan cesado. Estos son los hallazgos de un grupo de investigadores del Centro de Investigaciones sobre la Audición de Oregón, Estados Unidos, en un trabajo conjunto con colegas del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia.
Antes se daba por supuesto que las células ciliadas del oído interno solo se movían cuando les afectaba directamente un sonido. Sin embargo, el estudio indica que existen vibraciones posteriores en el oído interno. El tiempo durante el cual se mueven las células ciliadas después de que haya cesado el sonido depende de la intensidad y frecuencia del estímulo sonoro.
Estas vibraciones posteriores, según el equipo de investigadores, podrían actuar como una forma de memoria mecánica o memoria a corto plazo en el oído interno.
La capacidad de comprender
Los investigadores creen que estas post-vibraciones pueden afectar a nuestra capacidad de percibir los sonidos y el lenguaje.
La capacidad de detectar breves vacíos en un estímulo continuo es decisiva para el reconocimiento del habla. Estos vacíos deben durar más tiempo que un intervalo mínimo para que se puedan percibir. En la medida que las post-vibraciones estimulan las fibras nerviosas auditivas, se podría explicar parte de la dificultad de detectar tales vacíos”, explica el Dr. Alfred L. Nuttall del Centro de Investigaciones sobre la Audición de Oregón.Una pérdida de audición leve puede provocar una reducción substancial de las post-vibraciones. Esto supone tener más dificultades para percibir los breves vacíos de los estímulos continuos, lo que a su vez afecta al reconocimiento del habla.
Los investigadores concluyen que es necesario realizar más estudios antes de poder establecer la importancia y efectos del mecanismo que subyace entre las células ciliadas y las post-vibraciones.
Un proceso auditivo complejo
El oído interno contiene una estructura llamada cóclea (caracol), que sirve como órgano auditivo. La cóclea es una estructura espiral, llena de fluido que contiene una membrana basilar y células ciliadas asociadas. Básicamente, estas células captan las vibraciones originadas en la membrana basilar por los sonidos, y a su vez, envían la información auditiva al sistema nervioso.
Las vibraciones de la membrana basilar hacen que algunas de estas células respondan produciendo fuerzas que aumentan la sensibilidad auditiva y la selectividad de frecuencias a través de mecanismos que no se conocen del todo.
Fuentes: www.hear-it.org, Hörakustik nr, www.wissenschaft-aktuell.de y www.sciencedaily.com