Un beneficio, además y como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Wake Forest en Winston-Salem (EU), que es mayor con el ejercicio aeróbico –frente al ejercicio de mantenimiento, caso de los estiramientos– y que ya resulta muy notorio tras la práctica de solo cuatro sesiones semanales durante un periodo de seis meses.
Como explica Jeongchul Kim, co-autor de esta investigación presentada en el marco de la Reunión Anual 2016 de la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA) que se está celebrando en Chicago (EU), “en nuestro trabajo hemos utilizado imágenes de resonancia magnética de alta resolución para medir los cambios anatómicos en distintas regiones cerebrales. Y según muestran nuestros resultados, el ejercicio aeróbico se asocia con una mayor conservación del volumen cerebral total y con un incremento de la materia gris en distintas regiones específicas del cerebro”.
El estudio fue llevado a cabo con la participación de 35 adultos mayores o de mediana edad y diagnosticados de deterioro cognitivo leve que, de acuerdo a un criterio totalmente aleatorio, practicaron estiramientos –19 participantes, cuya media de edad se estableció en 67 años– o ejercicio aeróbico –16 participantes con una edad promedio de 63 años– cuatro veces a la semana durante un periodo de seis meses.
Los autores analizaron mediante resonancia magnética de alta resolución los cerebros de todos los participantes tanto al inicio como al final del estudio. Y lo que observaron es que en ambos grupos se había producido un incremento del volumen de la materia gris en la mayoría de las regiones cerebrales, incluido del lóbulo temporal –esto es, el área del cerebro implicada en la memoria a corto plazo.
Y este aumento del tamaño del cerebro, ¿fue similar para ambos grupos? Pues no. El volumen final fue mayor en aquellos participantes que realizaron ejercicio aeróbico, en este caso concreto pedalear en una bicicleta estática o caminar en una cinta.
Como indica Jeongchul Kim, “esta deformación direccional o cambio de forma se encuentra en muchos casos relacionada con una reducción del volumen cerebral. Tal es así que los cambios direccionales que se producen sin que haya cambios volumétricos podrían constituir un nuevo biomarcador para las enfermedades neurológicas. De hecho, sería un marcador mucho más sensible para los pequeños cambios que ocurren en cualquier región específica del cerebro antes de que los cambios volumétricos sean detectables en las pruebas de imagen”.
Mejor caminar o pedalear
En definitiva, caminar o montar en bicicleta ayuda a aumentar el tamaño del cerebro. Y además, de una forma muy rápida. Como destaca Laura D. Baker, directora de la investigación, “incluso en un periodo de tiempo tan corto ya pudimos ver que el ejercicio aeróbico conlleva un cambio muy significativo en el cerebro”.
Pero este mayor volumen cerebral, ¿conlleva a su vez algún beneficio sobre la función cognitiva? Pues sí, y muy notable. No en vano, los participantes incluidos en el grupo de ejercicio aeróbico, que no así aquellos que realizaron estiramientos, mostraron una mejoría estadísticamente significativa en la función ejecutiva –esto es, las habilidades cognitivas a través de las cuales organizamos nuestras vidas y regulamos nuestro comportamiento– al cabo de los seis meses.
Como concluye Jeongchul Kim, “cualquier tipo de ejercicio puede ser beneficioso. Pero de ser posible, es mejor practicar ejercicio aeróbico dado que puede conllevar beneficios potenciales para una mejor función cognitiva”.
Fuentes: http://invdes.com.mx, www.abc.es, Publicado: 07 de diciembre, 2016