Ansiedad y silencio: los enemigos del acúfeno

Sonia Cifuentes convive a diario con un zumbido en el oído como consecuencia de una enfermedad. Un ruido constante, que repercute en su vida y le impide trabajar.

Sonia Cifuentes comenzó con vértigos, vómitos e inestabilidad dos meses después de dar a luz a su primer hijo. Hace siete años le diagnosticaron el síndrome de Cogan, una enfermedad que afecta a su visión y, sobre todo, a su oído, donde ha perdido mucha audición.


Como consecuencia de ese síndrome, Cifuentes padece tinnitus sin cesar: “Es un zumbido constante y bastante molesto sobre todo por la noche, cuanto más silencio haya más se nota. Si estoy ocupada no me doy cuenta prácticamente, pero cuando más relajada estoy es cuando más los oigo”.

Los peores momentos son los protagonizados por la ansiedad, cuando el zumbido se intensifica, o cuando se está en silencio absoluto. Para el tratamiento de su patología, Cifuentes toma inmunosupresores “para paralizar la enfermedad, pero no lo consiguen”.

Llevar audífono le ayuda a que los pitidos se camuflen con el resto de sonidos, que ahora escucha mejor. Aún así, para esta paciente, trabajar es imposible, su calidad de vida se hay visto bastante mermada por los acúfenos, “es como si te fuera a estallar la cabeza”, admite.

Cifuentes, tratada en el hospital La Princesa de Madrid, pide más apoyo a la investigación para que logren encontrar con un remedio efectivo para esos zumbidos insoportables que condicionan de forma irreparable su vida.

Fuente: efesalud.com