El estrés está intrínsicamente relacionado con los acúfenos. Los pacientes con acúfenos insoportables tienen excesivo estrés. Esto tiene un efecto debilitante de sus defensas y de su capacidad de poder afrontarlos adecuadamente y se va volviendo cada vez más difícil de soportar.
Los pacientes pueden demostrar un conjunto de defensas histéricas o un grado serio de depresión. Muchos pacientes ponen su atención sobre los acúfenos, intensificándose las molestias. A la mayoría de pacientes con acúfenos se le puede ayudar con intervenciones psicológicas.
Un pequeño porcentaje de pacientes con acúfenos puede clasificarse como perturbados con personalidades borderline. El acúfeno también puede ser exclusivamente un trastorno relacionado con el estrés. El estado de estrés puede ser el responsable del comienzo o exacerbación de los episodios de acúfenos.
El tratamiento mediante el control o manera de afrontar el estrés puede ser muy adecuado, favoreciendo el alivio a través de un cambio de enfoque, reposo de un estado de tensión y ayuda en las defensas constructivas. La personalidad influye en la persistencia de los acúfenos.
La percepción de los acúfenos y la diferente respuesta a los tratamientos está afectada por la personalidad del individuo. La intensidad del acúfeno no está relacionada con las molestias producidas en el paciente. La intensidad del acúfeno y las molestias producidas no son congruentes, suele haber discrepancia entre ellas (Intensidad y molestias).
Fuente: Acúfenos como señal de malestar