Distintos estudios confirman que varias especies de peces, aves y ballenas se ven afectadas por el ruido que genera la actividad humana o industrial. Por otro lado, existen especialistas que indican que las especies vegetes también resultan perjudicadas por la contaminación sonora, y que no son para nada inmunes a este problema.
Un punto central a tener en cuenta es que todas las especies se encuentran de algún modo relacionadas en un mismo ecosistema, y de esta manera al verse afectada una de ellas terminará por influir, tarde o temprano, al resto de las especies. Lógicamente, esto incluye a toda la cadena vital, tanto a los animales como a la vegetación.
Hay ejemplos que resultan muy gráficos para entender la problemática de este tipo de contaminación y su impacto en el mundo natural. Es el caso de los pájaros que deben cantar en frecuencias más altas a lo habitual debido al ruido imperante, o variedades de murciélagos que no pueden cazar al perderse en el espacio por la contaminación sonora.
Estas variantes en el comportamiento de las especies genera cambios en otros niveles del mismo ecosistema, ya que por ejemplo las poblaciones de insectos que constituían el alimento de los murciélagos experimentarán ahora otro tipo de crecimiento. Pero como decíamos anteriormente, las especies vegetales también se ven afectadas.
Árboles en problemas por la contaminación sonora
Un ejemplo en torno a esto es el problema de las urracas, que de acuerdo a observaciones realizadas en un área boscosa de Nueva México huyen actualmente de aquellos pinos que se encuentran en zonas más contaminadas por el ruido. Esto afecta nada más y nada menos que al proceso de polinización de los pinos a través de la difusión de la piña. En las zonas no abarcadas por las urracas, esta tarea fue realizada por ratones.
Lógicamente, la polinización desarrollada por los roedores no resulta tan efectiva como la efectuada por las aves. Esto afecta a la especie vegetal y a todas las variedades animales que dependen de los pinos para conseguir alimentos. El ejemplo indicado es solamente un dato que nos muestra el grado de daño que provoca la contaminación sonora en el medio natural. Como en tantos otros temas, resulta vital que el hombre cambie en esta cuestión su forma de relacionarse con la naturaleza.
Fuente: ecogestos.com