Un silencio imposible

Pitidos, sonidos graves, zumbidos, grillos… así describen los pacientes que padecen acúfenos el sonido que perciben de forma constante y que les provoca dificultad para dormir, para concentrarse e incluso para desarrollar cualquier tipo de actividad laboral o social. 

Como nos cuenta Pilar Navarro, enfermera de la unidad de acúfenos de la Clínica Universidad de Navarra, “se trata de pacientes que están oyendo un ruido las 24 horas del día, que no saben a qué se debe y que si no han dormido piensan que no van a poder lograrlo la noche siguiente.


Se crea un círculo vicioso porque si no descansan, uno está más irascible, está más intranquilo, todo afecta muchísimo más. Sobre todo porque no saben, antes de venir a la consulta, hasta cuándo van a poder seguir aguantando esta situación”.

Hasta hace poco tiempo estos pacientes visitaban otorrino tras otorrino con el mismo veredicto: un problema sin solución. Sin embargo, en la Clínica Universidad de Navarra están aplicando una terapia de habituación al acúfeno con una tasa de éxito del 83%.

Lo que hacemos, es tratar al acúfeno por vía indirecta, por la vía de la distracción. Si nosotros nos fijamos en el acúfeno, lo que hacemos es subirlo a nivel consciente, y empieza la molestia. Si no somos conscientes de que está, entonces para mí ha desaparecido”.explica Navarro
La primera recomendación que reciben estos pacientes es evitar el completo silencio. La terapia, totalmente personalizada, se inicia con una combinación de sonido y trabajo manual en la que la constancia es la clave.

Su objetivo es devolver a la normalidad la vía auditiva, suprimiendo la molestia y consiguiendo que pase inadvertida. En cada revisión, la enfermera será la encargada de realizar la audiometría para medir su tolerancia al nivel de ruido exterior. Al año y medio o dos años de iniciado el tratamiento se llega a producir una habituación total al acúfeno.


Evidencia científica

Para demostrar el éxito de la terapia, en la unidad que dirige M.ª Teresa Heitmann han realizado un estudio científico durante 3 años, en el que han demostrado que el tratamiento que emplean, el TRT (en sus siglas en inglés), es el que tiene una tasa de éxitos más alta.

De hecho, a los 6 meses y al año de iniciado, se consigue una mejoría en el 95% de los casos, pues el 63% de los pacientes refirieron estar mejor, el 26% mucho mejor y el 6% muy bien. Además de aquellos afectados que no continuaron con el tratamiento hasta el alta médica: un 68% referían estar mejor, y un 21% mucho mejor, lo que supone un 89% de mejoría. En este caso, sólo el 10,5% aseguró encontrarse igual que antes de someterse a la terapia.
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Fuente: diarioenfermero.es, Publicado 09 de noviembre 2016