¿Qué es el síndrome de la amalgama dental?


El síndrome de la amalgama dental es el conjunto de síntomas descritos por una parte de la población como consecuencia de la presencia de una amalgama de mercurio en los dientes. 

Estos síntomas son muy amplios: ansiedad, irritabilidad, depresión, pérdida de memoria, hipersensibilidad, bruxismo,(Es cuando una persona aprieta los dientes (sujeta fuertemente los dientes superiores e inferiores) o los hace rechinar (deslizar o frotar los dientes de atrás hacia adelante uno sobre el otro), tinnitus (Es el término médico para el hecho de "escuchar" ruidos en los oídos cuando no hay una fuente sonora externa), dolor de cabeza, fatiga, alergia a los alimentos, olores, sensación de ardor, hormigueo o temblores en ciertas partes del cuerpo, etc.


El envenenamiento por mercurio puede producir incluso enfermedades graves y debilitantes. Puede estar implicado en la aparición o un empeoramiento de la enfermedad de Alzheimer, cuestión ésta discutida por los investigadores, pero está demostrado que el mercurio es tóxico para las células nerviosas, incluso en dosis bajas.

La negación de los síntomas

En Europa y los Estados Unidos han decidido poner fin a todas las exportaciones de mercurio y en el foro mundial del medio ambiente y las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), quieren suprimir el uso del mercurio por ser éste un contaminante del medio.

Sin embargo, el uso de mercurio en odontología continúa generando un debate sobre su toxicidad para la salud humana cuando se inserta en la boca en forma de amalgamas dentales, cuestión ésta en la que no existe unanimidad. Debido a que los síntomas son inespecíficos y no debidos a una enfermedad reconocida, los enfermos que las sufren no son reconocidos como tales por las autoridades médicas y de salud de muchos países, entre ellos España.

Según el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas: “El mercurio es una amenaza para la salud humana y el medio ambiente...” Por esta razón, la Unión Europea ha dejado de exportar sus existencias de mercurio a partir de marzo de 2011, luchando así contra la contaminación por metales altamente tóxicos.
Resulta contradictorio que el mercurio es un peligro y que se debe eliminar del medio ambiente, y no lo sea para la salud de los humanos, que lo llevan en la boca. En los Estados Unidos, en una investigación sin precedentes de la FDA ( Administración de Alimentos y Medicamentos), se reconoce la neurotoxicidad del mercurio y se ha implantado la restricción en su uso desde el verano de 2009, lo cual es un signo positivo.


Sin embargo, en Europa todo va más despacio. Su mención dentro de las nuevas enfermedades es ya un reconocimiento del “síndrome de la amalgama dental”, una esperanza para todos aquellos que luchan contra su prohibición en todo el mundo. Hay que tomar ciertas precauciones para evitar una mayor liberación de mercurio a la hora de quitar los empastes. También es importante elegir adecuadamente los materiales alternativos.

Fuente: iniciativaciudadanaii.blogspot.com